BIOMETANO Y DESCARBONIZACIÓN DE LA ECONOMÍA
Los objetivos y actuaciones establecidos por las directivas sobre economía circular aprobados por la comisión europea, suponen un importante cambio en la gestión de los residuos en general, y sobre los depositados en los vertederos en particular, limitando la cantidad de los que podrán ser eliminados mediante depósito al 10% para el año 2035, y exigiendo la realización de un control de los gases emitidos en los vertederos existentes. Para ello se incide en el tipo recogida, el tratamiento y el aprovechamiento energético de los mismos.
Si bien, la edad, magnitud y presencia de materia orgánica degradable en los vertederos hace de ellos grandes biorreactores generadores de biogás, en la mayoría de los casos, se desconoce con exactitud la cantidad de biogás, su composición y características a lo largo del tiempo, debido a la variabilidad de procesos de degradación que se producen en las diferentes áreas del vertedero.
El elevado contenido en metano del biogás generado en los vertederos los convierte en grandes pasivos ambientales, pero también en una atractiva fuente de energía. En la actualidad, su aprovechamiento es técnica y económicamente viable a partir de potencias superiores a 400 kWe, lo que constituye el principal obstáculo en que se encuentran los municipios españoles a la hora de implantar un sistema de valorización energética en sus vertederos: es necesario disponer de caudales elevados de biogás, con alta concentración en metano para que sea aprovechable. Vertederos con potenciales teóricos de generación por debajo de 500 Nm3/h quedan descartados, a priori, para la valorización energética. Por otro lado, el coste de implantación de los equipos de aprovechamiento energético de biogás (motores, turbinas, etc.) constituye uno de los principales problemas a los que se enfrentan los explotadores y entidades municipales, especialmente a la hora de repercutir este coste en la tasa de tratamiento.
Muchos vertederos actualmente activos comenzaron su actividad con escasas medidas de explotación frente al control de emisiones líquidas y gaseosas, conformándose masas de residuos con deficientes procesos de degradación que repercuten sobre la posibilidad efectiva del aprovechamiento de biogás en las fases finales de su vida útil. En muchos de estos vertederos, se desconoce el estado de descomposición (humedad, % materia orgánica degradada, densidad, etc.) siendo difícil realizar estimaciones certeras sobre la cantidad y calidad del biogás, dificultando el proceso de toma de decisiones sobre el mejor método de aprovechamiento de esta fuente de energía. Esta situación impide conocer con exactitud el periodo en el que se alcanza el caudal máximo de producción de biogás y genera incertidumbre sobre el contenido de impurezas.
El biometano, se logra a través de procesos de enriquecimiento (upgrading) del biogás producido en los vertederos y procede de la descomposición de la materia orgánica. Esta descomposición depende de los procesos de degradación orgánica. Estos procesos se diferencian según las condiciones de explotación y/o climatológicas de cada vertedero. Es por ello que cada vertedero posee un comportamiento diferenciado para la generación, composición y condiciones del biogás generado, que condicionará su posterior transformación a biometano.
La obtención de biometano es una tecnología disponible, testada y compatible con los sistemas de transporte y distribución existentes (inyección en redes de gas natural) y que está enormemente desaprovechada, siendo el gas renovable, muy por encima del hidrógeno, que presenta la mayor oportunidad de descarbonización de la economía española y europea, pudiendo satisfacer en torno al 35% de la demanda total de gas de la UE para 2050.
La experiencia de Proma, Proyectos de Ingeniería Ambiental ha determinado que, para conocer el potencial de biometano en el tiempo, es necesario realizar previamente un diagnóstico de caracterización ambiental que permita conocer las condiciones de explotación frente a la capacidad de degradación orgánica, lo cual determinará el comportamiento y la viabilidad de la desgasificación y con ello del potencial efectivo de biometano.
Esta metodología propia de diagnóstico y caracterización ambiental permite manejar datos ajustados sobre la actividad metanogénica dentro de la masa de vertido, determinando las zonas activas y pasivas frente a la generación de biogás y permitiendo la toma de decisiones para adecuar el sistema de explotación hacia la obtención de una mayor eficiencia y efectividad en la producción de “biogás de calidad” para su transformación a biometano. Asímismo, el modelo predictivo desarrollado por Proma adecúa los modelos convencionales de generación de biogás mediante la incorporación de coeficientes de corrección que incluyen el estado ambiental de explotación frente a la generación de metano, ofreciendo mayor estabilidad y validez a los datos obtenidos del potencial de biometano en un vertedero.